miércoles, 28 de agosto de 2013

La apuesta de Pascal

LA APUESTA DE PASCAL
"Lefort se me quedó mirando sin pestañear, sin duda impresionado por mi inesperada salida. Durante unos momentos permaneció callado, no sé si tentado de mandarme a tomar viento fresco.
- Voy a hacerle una pregunta-dijo, como si con ella quisiese disipar una última duda-. ¿Es usted creyente?
-No, no lo soy-contesté con mi habitual seguridad en este terreno, aunque por primera vez en mucho tiempo sentí que mi negación producía un eco, un rumor interior que me resultó desconocido.
-En ese caso, acepto su propuesta. Estaremos juntos en esto. Pero sepa una cosa, yo sí soy creyente, y además  estoy obligado a serlo. ¿Conoce la apuesta infinita? ¿La apuesta de Pascal?
Era algo que conocía cualquier estudiante de Bachillerato: había que apostar a favor de la existencia de Dios, porque si se perdía, nada se perdía, y en cambio si se ganaba, la felicidad infinita se ganaba.
-Sí, la conozco.

-Yo estoy obligado a apostar por Dios. Y por eso , vea lo que vea y piense lo que piense, no intente intervenir en esa creencia...."

La apuesta de Pascal
Eliacer Cansino

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